Disculpen que los moleste, pero creo que el tema lo amerita:
Carmen Aristegui es, aparte de una mujer preparada y
valiente, la mejor periodista mujer de este país. Recientemente tuvo dos
brillantes éxitos que pudieron representarle poder y millones de pesos, no
pensó en dinero o poder, si no en el derecho que tenemos los mexicanos a
conocer la verdad, denunciar la corrupción gubernamental (cuando los políticos
inflan los costos de las obras públicas para enriquecer a los constructores y
recibir jugosas comisiones, nos roban a todos los que pagamos impuestos, dejan
de gastar en escuelas, hospitales, carreteras, puertos, presas y generar
empleos, para robarse el dinero del erario público y salir de los cargos
públicos con miles de millones, no de pesos, de dólares).
Primero, Carmen Aristegui dio a conocer una red de
prostitución dirigida por un gordo asqueroso que era Presidente del Comité
Directivo del DF, Cuauhtémoc Gutiérrez.
¿Qué hacía este cerdo?
Tenía una oficina pantalla donde ofrecían empleo a "edecanes”,
a cuanta muchacha de buen ver que llegaba le soltaban la neta se trataba de
buenos sueldos (pagados con el dinero que reciben los partidos políticos del
erario público, es decir con nuestros impuestos), el trabajo consistía en dos
cosas nada más: sexo oral o vaginal cuando se le antojara al cerdo, el oral sin
protección y el vaginal con condón. Desde luego no todas las mujeres aceptaban,
pero las que no encontraban otro empleo y caían tentadas por el salario (12 a
14 mil pesos mensuales) se prostituían. Supongo que a las ya prostituidas las pasaba a otros funcionarios, por eso, por
ejemplo, la Procuraduría de Justicia del DF ha actuado con una lentitud que
suena a complicidad.
Lo que siguió por parte de Carmen fue dar a conocer el
cochupo de Enrique Peña Nieto con la Casa Blanca.
Resulta que la constructora preferida del gobierno del Estado
de México, cuando Peña Nieto era gobernador, es la empresa Higa. Pues bien,
Carmen dio a conocer que Peña Nieto fue el que eligió los materiales y los
lujos de esa casa, que ahora dicen es fruto de los ahorros de su esposa, la
Primera Dama. La casa está valuada en 7 millones de dólares, es decir, más de
cien millones de pesos, los que nos quieren hacer creer que los ganó la Gaviota
(nombre de uno de los personajes que representó Angélica Rivera en una
telenovela de Televisa), que los ganó a pesar de que dejó de trabajar en
Televisa ya hace cerca de diez años.
La verdad es que la mentada casa es parte de las mordidas
enormes que la empresa Higa le dio a Peña Nieto, quien les dio a su vez
contratos por una cantidad que va entre ocho mil millones lo menos y 32 mil
millones lo más que se ha señalado. Dice Peña Nieto que él no asignaba las
licitaciones. Cuando todo mundo sabe que los ejecutivos son omnipresentes y
omnipoderosos, nunca dejarán esas mordidas en manos de sus inferiores
–designados siempre entre amigos y familiares de extrema confianza y sumisión–
Redacción AN
noviembre 9, 2014 5:00 am
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El pasado jueves 6 de noviembre, el Gobierno mexicano revocó, de manera
sorpresiva, el fallo de la licitación del Tren de Alta Velocidad
México-Querétaro, ganada por un consorcio liderado por la empresa China
Railway Construction Corporation, propiedad del gobierno chino, y en el que
figuraban tres empresas mexicanas vinculadas estrechamente al PRI y
al presidente Enrique Peña Nieto.
Una las empresas nacionales era Constructora Teya, que
pertenece a Grupo Higa, la cual edificó obras millonarias para el
Estado de México cuando Peña Nieto fue su gobernador. Grupo Higa, propiedad del
empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, también alquiló aeronaves
al PRI para la campaña presidencial de 2012, a través de su filial Eolo Plus.
Sin embargo, hay algo más que demuestra la estrecha relación de Peña
Nieto con Grupo Higa: una casa en Lomas de Chapultepec, en la
Ciudad de México. Es la “casa blanca”de Enrique Peña Nieto.
Esta es la historia:
En mayo de 2013, los lectores de la revista ¡Hola! –habituados
a conocer de las vidas y propiedades de la élite y el jet set internacional- se
toparon con un reportaje que la publicación calificó como “excepcional e
histórico”.
Al recorrer sus páginas, pudieron observar grandes fotografías de una
lujosa y moderna residencia ubicada en Lomas de Chapultepec, una de las zonas
de más alta plusvalía en la capital mexicana, que servían de marco para
presentar una amplia entrevista con la actriz Angélica Rivera, esposa
del presidente Peña Nieto.
La revista detalló que era “…su primera entrevista como primera dama de
México. Cálida y cercana, recibió a ¡Hola! en su residencia
familiar, donde no sólo aceptó posar para nuestra cámara, sino también
responder a todas y cada una de nuestras preguntas, sin miramientos y con total
sinceridad…”.
Rivera habló del amor a su marido, de los seis hijos de ambos y… de la
casa:
Una investigación de varios meses realizada por este equipo de
periodistas, con el apoyo de la plataforma de periodismo latinoamericano Connectas
y el International Center For Journalists, pudo confirmar que
la residencia se ubica en Sierra Gorda número 150 y que no está
registrada a nombre de Enrique Peña Nieto, tampoco al de Angélica Rivera ni a
los de sus hijos.
La residencia –con un valor aproximado de 86 millones de pesos, unos 7
millones de dólares (al tipo de cambio de julio pasado), según un avalúo
independiente contratado para esta investigación (Descarga el avalúo aquí)– es propiedad de Ingeniería
Inmobiliaria del Centro, una empresa que pertenece a Grupo Higa.
Grupo Higa, a través de su filial Constructora Teya, integra
el consorcio de empresas nacionales y extranjeras al que le fue revocada la
licitación para construir el tren de alta velocidad México-Querétaro.
La investigación comprueba que el Estado Mayor Presidencial
(EMP) resguarda la casa de Sierra Gorda 150, y que el presidente
Enrique Peña Nieto y su esposa participaron, personalmente, con el arquitecto
que diseñó la residencia, para que el trazo se ajustara a sus necesidades
familiares.
La casa tiene estacionamiento subterráneo, planta baja y nivel superior
con tapancos. Un elevador conecta todos los niveles. El jardín tiene sala y
comedor techados. En un inicio, la azotea tenía jacuzzi y bar, pero la casa ha
sido modificada en esta área.
La planta baja tiene piso de mármol. En el primer piso, están las
recámaras: en un ala están seis para los hijos de la familia, mientras que en
la otra está la habitación principal con vestidor, baños separados y área de spa.
El color blanco cubre toda la casa, la cual tiene un sistema de luces
para crear ambientes: puede tornarse rosa, naranja o violeta. Desde la calle
pueden observarse las dos palmeras que crecen en el jardín.
El diseño de la residencia estuvo a cargo del arquitecto mexicano Miguel
Ángel Aragonés y sus fotos aún se exhiben en www.aragones.com.mx, con el
título “Casa La Palma”.
Los planos están disponibles en el portal archdaily.com, llevan el logo de
Aragonés y la ubican en la calle Sierra Gorda. También muestran una
fecha: octubre de 2010, un mes antes de que Peña Nieto y Rivera se
casaran.
Los interiores que exhibe el portal web de Aragonés, son los mismos
donde Angélica Rivera posó para ¡Hola! La sala, los escalones
y los muebles son idénticos en ambas imágenes.
El arquitecto Aragonés confirmó que diseñó la casa del Presidente en una
entrevista que dio al periodista Alberto Tavira, en el
programa Los despachos del poder, de TV Azteca. El programa
se transmitió el 26 de octubre de 2013.
Pese a que Presidencia puso a la Gaviota a decir que la casa
era suya y que la venderá, la verdad es que el arquitecto Aragonés dice que
todo el trato fue con Peña Nieto.
Una hipótesis:
Diecisiete días después de la boda legal
de Peña Nieto con la Gaviota, Televisa le cede a su actriz de telenovelas una casa
valuada entonces en 27 millones de pesos, Higa adquiere dos inmuebles a
espaldas de esa para construirle una mansión a Peña Nieto, quien les había
asignado obras por 36,000 millones de pesos. No sé cuál es la tasa normal de
mordidas, pero cuando menos debe ser del 10%, es decir 3,600 millones (¡Claro!
No todos para Peña Nieto, tal vez cien o doscientos fueron para sus
segundones).
Si la casa propiedad de Televisa se la
compró Higa como mordida a Peña Nieto, no debería ponerse a nombre de éste,
quien aspiraba a la presidencia y presentaba, cada tres o seis años,
declaraciones patrimoniales, además, si Televisa le pagaba o le donaba a la
Gaviota esa casa, aparte de ahorrarse un traspaso, sus impuestos y escrituras,
aparecería como algo remotamente “normal”, entre comillas normal porque para
tener una casa de 30 millones debes tener como capital más de 300, cuando
menos*. Lo anormal fue que Higa siguiera apareciendo como dueña de la Casa
Blanca y fue lo que, con base en la entrevista de Maritza, la amante de Peña
Nieto a Sanjuana Martínez, para su libro “Las amantes del poder” investigó y
encontró el equipo de Carmen Aristegui.
*Mientras más pobre es la gente, la
proporción entre el monto de todos sus bienes y el valor de su casa es menor,
mientras más dinero se tiene, esa proporción es de docenas de veces, aunque
haya excepciones de presunción como es el caso del yate de Emilio Azcárraga. Y
además, para colmo, acabo de descubrir que soy miserable, no pobre.
Todo este rollo para pedirles que firmen una petición
para que MVS no cancele el programa noticioso de Carmen Aristegui y que
reenvíen este mensaje al mayor número posible de contactos para crear un
poderoso movimiento que impida esta violación a nuestro derecho a estar
informados. Información es poder.
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